La tradición de los trabajos en la huerta valenciana

El sector agroalimentario valenciano es uno de los más relevantes del panorama nacional. Sin perjuicio de lo anterior, cada vez va ganando más importancia la industria alimentaria, a la vez que se abandonan numerosas tierras de cultivo y se va olvidando la riqueza cultural, económica y medioambiental que representa la tradición y la huerta valenciana.

La presente monografía pretende fomentar el reconocimiento de las labores que llevaban, y llevan a cabo, agricultores y agricultoras.
Actualmente, las personas que se dedican profesionalmente a la agricultura, dado los estrechos márgenes económicos y las trabas a las que diariamente se enfrentan, conforman un colectivo desfavorecido.


Como consecuencia de esta complicada situación económica del sector, unida a la falta de relevo generacional, es esencial visibilizar la fundamental labor que realizan, evitando así, perder, y olvidar, la tradición de la huerta valenciana.
Esta monografía pretende ampliar y difundir el conocimiento sobre algunas actividades y herramientas que, hoy en día, todavía se pueden ver y, sobre todo aquellas que, con los años han desaparecido dejando paso a otras nuevas.

La herencia de nuestro labradores

Cuando finalizó la segunda guerra mundial, se produjeron grandes cambios en el sector de la agricultura que, lamentablemente, impactaron en los conocimientos tradicionales transmitidos de generación en generación durante siglos. 

Durante este proceso de cambio se han dejado de cultivar miles de variedades locales que constituían el mayor patrimonio de nuestros agricultores y agricultoras, unido inseparablemente al conocimiento de sus técnicas de cultivo y a los criterios de selección. En este sentido, en la actualidad, solamente 120 especies de plantas cultivadas proporcionan más del 90% de la alimentación del ser humano. 

Esta reducción de la riqueza de variedades cultivadas, que supone una apuesta por la uniformidad y la homogeneidad en las producciones agrícolas, puede tener un efecto devastador sobre el sistema de producción de alimentos, aparejado a mayor afección de plagas y enfermedades, y suponiendo el cese de la actividad para muchos agricultores. La pérdida del papel que desempeñaban las personas labradoras en la selección y mejora genética de variedades locales ha resultado clave en la desaparición silenciosa de la diversidad agrícola. 

La agricultura tradicional, todavía hoy, está muy arraigada a la cultura de la huerta valenciana, sin embargo, la moderna agricultura convencional ha convertido la producción de alimentos en una parte más de la industria.

 

Plan de acción Territorial de la Huerta (PATH)

Convivir

Hace no tantos años, muchos de los trabajos agrarios se desarrollaban en las casas, acondicionadas a tal efecto, con espacios preparados y diáfanos que permitían conservar y guardar parte de las cosechas que no se habían podido vender, las que se esperaba obtener un mejor precio en otro momento, o aquellas que se guardaban para consumo propio. Esas labores conseguían juntar a toda la familia, e incluso a algunos vecinos.

 
 


Cabe destacar el papel fundamental de  l’andana o la cambra de las casas tradicionales de la huerta valenciana. Este espacio, ubicado en la planta de arriba de los hogares, se empleaba para colgar de las vigas los alimentos con cuerdas, como melones, tomates, para ser conservados durante más tiempo, o realizar el secado de chufas y cacau del Collaret. Asimismo, también se guardaban herramientas y trastos viejos. 



Adicionalmente, durante muchos años, se pusieron cañizos en estos espacios para criar gusanos de seda para proveer de hilo a la industria sedera valenciana. 

Este sistema estuvo bastante extendido y proporcionaba a las familias de los agricultores unos ingresos complementarios.

 

Fotografía de la sedera ubicada en la Alquería de Félix. 

Ubicación: Parque de Marxalenes

Herramientas agrícolas

Hay herramientas agrícolas que, a pesar de la evolución y el paso de los años, mantienen intacto su diseño.

Un ejemplo de esto, son la  legona (lligona)  y la  azada (aixada)  , que siguen empleándose en los diferentes trabajos agrarios.

  • La  legona (lligona)  se utiliza para acabar manualmente los caballones (surcos en la tierra que se realizan en hileras para dejar paso al agua del riego) llevados a cabo con el tractor, con el fin de que el agua entre correctamente.
  • La  azada (aixada)  se utiliza, puntualmente, para rematar alguna esquina más dura, en la que la legona no penetra tan bien.
  • Asimismo, se utilizan legonas con la cabeza más pequeña, denominadas lligonetes , para quitar las malas hierbas.
 
 


Fotografía de la colección "Arròs", hecha por Ismael Latorre Mendoza. Alginet


Por otra parte, actualmente hay nuevas herramientas agrícolas que han sido adaptadas a partir de instrumentos que se utilizaban tradicionalmente.

Así, por ejemplo, la  atabladora (o entauladora)  , herramienta que se utilizaba para alisar y triturar la tierra de los campos, en sus orígenes, era una tabla de madera con clavos o cortantes, que traccionaba un caballo, y en la que se ponía de pie el agricultor. Actualmente, forma parte de un apero llamado  rotovator .




También se utilizaba el  aladre (forcat) , herramienta traccionada por un caballo, unida a unas piezas de hierro, denominadas  rellas o cherugas , para arar la tierra mediante la apertura de surcos longitudinales.

Fotografía de José Luis Iniesta, "Imprescindible". Silla

Posteriormente, estas herramientas evolucionaron en  rotovatores  que, accionados por un tractor, se utilizan para labrar la tierra. Los rotovatores poseen cuchillas para triturar los residuos del cultivo anterior, y airean y aplanan la tierra.





Otra herramienta que se utilizaba antes de la llegada de la maquinaria agrícola es la  guadaña , también conocida como  dalla . En particular, se empleaba para segar el trigo o las hierbas.

Si bien actualmente en la agricultura de la huerta valenciana no se cultiva cereales, hace años era habitual encontrarlos.


Antiguamente, se utilizaba una herramienta de mano, llamada  palustre o pala  para realizar la siembra.

Debido a que la utilización de esta resultaba muy incómoda, esta herramienta ha dado paso a los sembradores manuales, que se accionan con un gatillo. Asimismo, también existen aperos para tractor que realizan esta tarea.


Museu de l’Horta del Ajuntament d’Almàssera 

 
Tal como se detalla en las líneas anteriores, existen muchas herramientas que antes se utilizaban y que, ahora, han dejado paso a otras alternativas que son más eficientes y permiten ahorrar tiempo y costes en los trabajos que se realizan en nuestra huerta valenciana.
 
 


Debido a esta falta de rentabilidad, es altamente probablemente que, muchos de los aperos y herramientas que antes se empleaban directamente en el campo, no se vuelvan a ver fuera de museos y colecciones particulares.

Sin perjuicio de lo anterior, estas perdurarán en la memoria de muchos valencianos y valencianas, además de en archivos y estudios especializados.

 
 



Son muchas las personas nacidas entre los años 40 y lo años 80 que han vivido la transición de las antiguas herramientas de labranza a los modernos tractores y maquinaria.

 
 


Trabajos en el campo

Los trabajos que se realizan en el campo no se han visto muy modificados con el paso de los años, lo que sí que ha cambiado es la forma de realizarlos, en relación con las herramientas y aperos utilizados, los nuevos productos fitosanitarios, nuevas especies y materiales vegetales, y la existencia de mayores conocimientos agronómicos.

Entre otras labores, se requiere labrar la tierra, hacer caballones o surcos con una geometría casi matemática, sembrar a boleo o desde plantel, quitar las malas hierbas, regar, abonar, pulverizar (sulfatar) y cosechar.

Fotografía de Lucía Alcantud. “La sega”. Catarroja

Cada cultivo es diferente y tiene diferentes requerimientos, a los que se les suma la climatología, en ocasiones adversa, la entrada de nuevas plagas y enfermedades, y una venta y unos precios no asegurados, que variaban en función de la calidad de la cosecha, la demanda del mercado, la cantidad existente del mismo producto, y las posibles inclemencias como pedradas o heladas.


Factores a los que se han tenido que enfrentar nuestros agricultores y agricultoras del pasado, y contra los que siguen luchando a día de hoy, sumado en este caso a las importaciones de países terceros, entre los que no existe reciprocidad en cuestiones fitosanitarias, exigencias administrativas y en materia laboral.

 

Fotografía de José Luis Iniesta, "Carmen". Alboraia

Espacios etnográficos que mantienen nuestra historia

Actualmente, existen diferentes museos y espacios etnográficos en los que se pueden ver diferentes aperos y herramientas utilizados tradicionalmente en nuestra huerta.

Entre ellos, podemos citar el Museo Valenciano de Etnologia (L’ETNO) y el Museo de l'Horta de Almàssera. Adicionalmente, existen espacios singulares que también exponen al público herramientas tradicionales como, por ejemplo, la Alquería El Machistre, en Alboraya, que cuenta con el Museo de la Horchata y de la Chufa, o la Alquería de Félix, ubicada en el Parque de Marchalenes.

Museo Valenciano de Etnologia (L'ETNO)

El Museo Valenciano de Etnologia (L’ETNO),ubicado en el Centro Cultural de La Beneficiencia, en la calle Corona, número 36 de la ciudad de Valencia, fue creado en 1982 y abrió sus puertas al público en 1983.


Las salas del museo L’ETNO constituyen un espacio educativo, similar a una máquina del tiempo, que nos permite caminar por el pasado, desde nuestro presente y mirar la realidad que nos rodea de otra manera.

En particular, las tres salas que componen la exposición permanente son: la ciudad, las zonas de huerta y marjal, y las zonas de interior (el secano y la montaña).

Fotografía del Museo L’ETNO  

Museo de l'Horta de Almàssera

El Museo de l'Horta de Almàssera, ubicado en la Avenida del Mar, número 24 de Almàssera, fue inaugurado en 1999 y nació como proyecto museográfico sobre el modo de vida agrícola característico de la huerta de València, como una iniciativa colaborativa entre el Ayuntamiento de esta localidad y la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación.


Se trata de un espacio expositivo tanto de carácter etnológico como botánico. Además, también aspira a ser un espacio de encuentro, de estudio, de reflexión sobre los principales hechos que constituyen y definen la huerta de València.


Fotografías del Museo de l’Horta de Almàssera


¡Participa!


Cuéntanos tu historia

Con el objetivo de preservar la identidad de la huerta valenciana, que incluye las herramientas y técnicas tradicionales, es imprescindible contar con la historia y experiencia de las personas vinculadas con la agricultura de la huerta.

Con este fin, estamos desarrollando un proyecto de recopilación de vuestras vivencias,  entrevistas y análisis de la información. 

Necesitamos conservar la tradición del campo para que perdure en el futuro y se traslade entre generaciones a través de vuestras palabras. 

Nuestra misión como asociación es atesorar y transmitir la tradición y el saber hacer que nadie conoce tan bien como las agricultoras y agricultores de la huerta.

¿Qué puedes compartir?

Estamos encantados de que toda persona vinculada a la huerta valenciana pueda compartir sus experiencias con nosotros. 

Nos encantaría contar con un vídeo en el que nos podáis relatar toda la historia sobre herramientas tradicionales y prácticas desde vuestro punto de vista. Además, podéis solicitar una entrevista y, si es posible, nos desplazaremos a vuestra ubicación para conocernos en persona.

A continuación, os adjuntamos el contenido sugerido para recopilar la información:

Herramienta tradicional (incluye fotografías si es posible)





¿Qué ventajas aportan?


Describe cuáles son las técnicas utilizadas con los aperos y herramientas

  

Mándanos un vídeo o solicita una entrevista

                         Podéis solicitar una entrevista y, si es                               posible, nos desplazaremos a vuestra ubicación                           para conocernos en persona.

Envíanos la información a:

info@institutestudishorta.org

¡Muchas gracias!


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